“PISA mide aptitudes que no se
desarrollan en la escuela”
El sociólogo Julio Carabaña es
uno de los mayores expertos en PISA de España. Sostiene este informe es "inútil
para las escuelas y Gobiernos", por mucho que se intente vender lo
contrario
Daniel Sánchez Caballero 28/11/2016
Está considerado el mayor experto en PISA en España. Y no porque
le guste el examen más famoso de cuántos se hacen en el mundo. Más bien al
contrario, Julio Carabaña (Fuente de Pedro Naharro, Cuenca, 1948), catedrático
en Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, sostiene que PISA es
inútil para las escuelas y Gobiernos, por mucho que se intente vender lo
contrario, y su interés queda para los investigadores. Todo ello está detallado
en su libro “La inutilidad de PISA para las escuelas” (Catarata). De cara a la
siguiente edición del test que realiza la OCDE, que se publicará a principios
de diciembre, se atreve con un pronóstico para España. “485 otra vez”. Escrito
queda.
¿Por qué afirma que PISA es
inútil?
Es inútil para las escuelas y el Gobierno. El problema
fundamental es que mide una cosa que ellos llaman literacia, que son
aptitudes muy generales que se pueden desarrollar algo en las escuelas pero
fundamentalmente no. Esto no es algo que yo necesite fundamentar porque lo dice
PISA en todas sus ediciones: “Téngase en cuenta a la hora de interpretar estos
datos que cuando un país está por encima de otro en las clasificaciones ello no
se debe a las escuelas solamente, porque las puntuaciones PISA dependen de toda
la experiencia vital de los individuos”. Eso lo advierten continuamente. Y a
continuación se olvidan de ello y empiezan a hablar y razonar las cosas como si
esto no fuera así.
Es que para no servir luego sacan un montón de documentos
asociados (PISA in focus, evaluaciones por países, etc) en los que dicen qué
hay que hacer y qué no.
Ellos venden que sus pruebas no reflejan lo que se aprende en
las escuelas. Hay que matizar incluso eso. Parten de la base de que no van a
medir lo que se enseña en las escuelas porque eso es inútil para la vida, son
conocimientos memorísticos inútiles para la vida. Ellos van a medir lo que es
realmente útil para la vida, que es lo que miden sus pruebas. Lo llaman
literacia, literacy. A su vez, reconocen que esta literacia, que es lo
que ellos dicen que se debe medir —tras admitir que no es lo que se enseña en
las escuelas, pero que, según defienden, es lo que se deberian enseñar—, solo
depende de las escuelas en muy pequeña medida. Está todo en sus informes. Hacen
lo contrario de lo que dicen.
Es que igual me pongo un poco pesado, pero luego ellos lanzan
recomendaciones sin parar.
Como si evaluaran las escuelas. Es contradictorio. Es una cosa
que se hace mucho en realidad: te haces una objeción a ti mismo y así ya la has
reconocido y a continuación la olvidas.
¿Una evaluación hecha de otra manera serviría para algo?
Claro, si las pruebas miden cosas que se enseñen en las
escuelas. Así de simple. Por ejemplo, la Selectividad sirve para saber cuánto
saben los alumnos en matemáticas, etc. O los exámenes de siempre, se hacen para
ver si los alumnos han aprendido. ¿Cuál es el problema de los exámenes? Que no
son pruebas objetivas y los contenidos y corrección no siguen criterios
universales. Para eso se inventaron las pruebas objetivas. Pero no son
suficientes. Porque cuando te hacen una prueba objetiva de trigonometría, por
poner un caso muy específico, por el mismo diseño (respuesta múltiple, etc., la
que admite una corrección automática que no dependa del corrector) hace que
tenga que dejar fuera muchos elementos importantes de los contenidos. Porque no
son claros, no se prestan a una respuesta múltiple… Y entonces ve que la
materia se le escurre. Si además tiene que ser internacional y valer para las
escuelas, entonces los contenidos se escapan por todas partes. Trigonometría,
por ejemplo. En muchos países a los 15 años ni se enseña. Acabas en la
literacia, que es una cosa muy general en matemáticas y ciencias. En lengua ni
siquiera aspira a ser particular. En lengua se mide lo que la gente entiende
cuando lee. Pero la capacidad lectora es lo mismo que la auditiva. Yo te puedo
leer un texto y es lo mismo que lo haga yo o tú. Que tú entiendas un texto no
depende de que lo leas o escuches. Depende de tu cultura general y de tu
capacidad de comprensión general, nada que se aprenda en la escuela. Bueno, si
te hablan de voltios o vatios lo entenderás si lo has aprendido en la escuela,
pero esos textos los evita PISA. Pone teatro, literatura, periódicos… Ese es el
problema de PISA, la gran contradicción. Es una gran empresa, ha permitido
comparar y muchas cosas ya no se pueden decir después de PISA. “La enseñanza
francesa, cartesiana, se basa en el sistema y el razonamiento y estructura
mejor las mentes de los alumnos, que luego podrán razonar mejor”. Pues, según
PISA, ni mejor ni peor que los demás. Esas cosas ya no se pueden decir, así que
utilidad tiene, pero más para los investigadores que para las escuelas y los
Gobiernos. Cuando un director de escuela dice “a ver cómo puedo mejorar los
resultados”… En primer lugar no son resultados de la escuela y en segundo no se
pueden mejorar. Tiene un problema de validez.
Y sin embargo se utiliza como excusa para cambiar esto y
aquello. ¿Por que no hay otra cosa a la que agarrarse?
Es un deseo en busca de una justificación. El deseo es cambiar
algo, la enseñanza. Nuestros gobernantes, como todos los del mundo, forman
parte de ese deseo universal de mejorar y que ellos son parte fundamental,
¿para qué está el Gobierno si no es para mejorar? Tercero, de la falta de otra
cosa que mejorar. A mi entender tenemos un enorme exceso de oferta de políticos
intentando hacer cosas por los demás. Cuando llegan al Gobierno tienen que
justificarlo, y para eso tiene que hacer planes de mejora. Cuando les dicen:
“La educación es muy importante para el desarrollo económico”. ¿Cómo lo van a
poner en duda? ¿Y cómo lo van a mejorar? “De cualquier manera que no sea
contraria a mi filosofía básica”. Y una vez se ponen a buscar recomendaciones
que no sean contrarias a su filosofía básica cuanto más prestigioso sea el
organismo de donde venga, con más facilidad lo acepta. Se hace así una alianza
entre los políticos de cada país y el organismo internacional que vive de hacer
recomendaciones a los políticos. Las recomendaciones siempre son dobles,
siempre ponen una vela a la izquierda y otra a la derecha. Sucede con los
organismos internacionales en general. Si se pasan de liberales a continuación
intentan cubrirlo por el lado socialdemócrata. PISA hace lo mismo, tiene
recomendaciones para todo el espectro político. Viene el funcionario de PISA y
escoge del informe la recomendación que al Gobierno de aquí le viene bien.
Cualquiera entiende que ellos hacen su trabajo e intentan darle
la máxima difusión posible. Lo que mucha gente no acaba de entender es en qué
momento se le concedió a la OCDE el estatus de Ministerio de Educación mundial.
Nunca ha habido necesidad de hacerlo. La OCDE se crea para
vigilar la prosperidad económica de los países desarrollados. Para la
prosperidad económica es importante la educación. Entonces crean una sección de
educación y durante muchos años hace evaluaciones de países, dan consejos, etc.
El momento más importante es cuando deciden hacer un informe y comparar los
sistemas. Ni siquiera son los primeros. Hay una organización semi-privada, la
IEA, que hace un examen llamado TIMSS desde el ochenta y tantos. Son los que
demuestran que los estudios se pueden hacer. Pero, al hacer esas pruebas una
entidad privada no tiene la repercusión que tuvo la OCDE cuando hizo PISA a
partir del año 2000. Es una organización oficial, tiene el apoyo de los
gobiernos y estos esperan que se haga algo grande. No lo decide nadie, se van
poniendo lentamente de acuerdo y hay una fuerza de los hechos y de los medios.
Ha mencionado TIMSS. Está también PIRLS, PIAAC… ¿Tienen todos el
mismo problema?
PIAAC tiene exactamente el mismo problema porque es la misma
prueba que PISA pero para adultos. Mide las habilidades generales y abstractas
de los adultos. Es quizá peor por lo de la edad. Te dicen que es un diagnóstico
de las habilidades de una generación, pero no puedes hacer nada al respecto más
que intentar arreglarlas en la escuela para los jóvenes. Así que vas a PISA, en
la escuela. PISA tiene el problema general de los 15 años. ¿Quién dice que a
esa edad es muy importante la diferencia? ¿Qué pasa si yo he ido más lento y lo
supero a los 16? Luego vas a PIRLS, a los 9 o 10 años. ¿Y esta carrera a los 9
o 10 años? ¿Es tan importante que los alumnos de esa edad hagan tal cosa o
dejen de hacerla? ¿No pueden hacerlo a los 11?
Lo que están implícitamente favoreciendo es la idea, que los
pedagogos rechazan desde hace tiempo, de que hay que darse mucha prisa para
hacerlo todo. Enseñar a leer a los cuatro en vez de a los cinco, integrales a
los 12 en vez de a los 13, etc. Y cuanto más bajas la edad, mayor es el
problema.
TIMSS y PIRLS luego tienen otro problema, que no comparan edades
sino cursos y entonces la muestra está sesgada. Los alumnos de 8º o 7º en
España tienen mejores resultados que los de Rusia. ¿Pero cuánta repetición hay
en España? Claro, estás quitando al 40% peor. Es una anécdota, pero en otros
sitios entran más tarde en la escuela, por ejemplo. El punto es que se impide
la comparación porque la muestra tiene sesgos, sólo son los que han llegado a
un determinado curso.
¿Una ley educativa tiene tanto impacto en la educación?
No. Hay una división de funciones que para mí es clara pero que
todo el mundo se empeña en invertir. El parlamento da leyes y los gobiernos
gobiernan y además proporcionan los medios. Y los profesores enseñamos. Una ley
educativa sirve para ordenar. Simplifica, agiliza, aclara, dispone mejor o peor
los canales para repartir los medios, etc. y cada vez más determina la política
educativa. Por ejemplo, prevé cosas como “se darán medios especiales a
determinados alumnos”. Su importancia es hacer todo eso. Pero carece de
importancia cuando se meten donde no deben, como prescribirles a los profesores
cómo deben enseñar.
La LOMCE, que es igual que la LOE en ese sentido, tiene 19
principios, de los cuales ocho se refieren a que hay que educar en la no violencia,
hay que utilizar métodos que nos sean memorísticos, hay que fomentar la
colaboración… Eso no es cosa suya. Eso es pura ideología que no hay que poner
en la ley. Usted diga cómo se ordena el sistema y los profesores se encargarán
de enseñar. Y si quiere hacer además inquisición y ver si los profesores
fomentan el aprendizaje individualista, sepa que es hacer de policía e ir
contra la libertad de cátedra de los profesores.
Y a la vez los grupos de profesores y sindicatos insisten en que
las leyes vayan a sus ideologías favoritas. Que la pedagogía buena es la
constructivista. Ahora porque está de moda. Pero en diez años cuando ya no,
¿cambiamos la ley?
¿Las leyes influyen? Pues como los guardias de tráfico. Ahora,
el tráfico de la ciudad puede estar muy bien, pero lo que hace la gente puede
ser poco productivo, los alumnos pueden trabajar poco, los profesores ser
malos… y en eso la ley no puede influir. ¿Influyen de las leyes en los
resultados de PISA? Pues si no influyen las escuelas, imagine los políticos.
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