viernes, 30 de diciembre de 2016

EVALUACIÓN DE LA ASIGNATURA

En esta última clase en la que estábamos citados todos los alumnos para realizar el examen de la asignatura o bien entregar el trabajo de la Unidad Didáctica, Josetxu comenzó preguntando si alguien quería acceder a su derecho de realizar el examen. 

Al no haber nadie que quisiera hacer el examen, comenzó a hacer una pequeña autoevaluación de la asignatura. Para esto, nos presentó un nuevo programa parecido al power point y al prezi, pero español. El nombre de este era “Genially”. Como aun no lo dominaba bien, se pasó rápidamente al prezi y comenzó. En su autoevaluación destacó su oposición a los exámenes. Él considera que existen otras formas de evaluar más eficaces que esta y que no dependan del azar. Busca un aprendizaje menos anónimo y más afectivo. 

 Tras esto, un compañero contó una anécdota que le ocurrió un día y se la había comentado a Josetxu. En ella, Santiago, contaba que un día vio a una persona en silla de ruedas subir una cuesta y le preguntó amablemente que si necesitaba ayuda. Esta persona se sintió discriminada, ya que no por ir en silla de ruedas necesitaba más ayuda que otra persona cualquiera. Esta respuesta llamó la atención de Santiago, que lo equiparó al lenguaje utilizado por Josetxu, es decir, cuando se dice “niños” con intención de referirse a los dos sexos, se está haciendo una discriminación a las niñas y, por tanto, Santiago comprendió por qué Josetxu era tan persistente con el lenguaje que utilizamos. 

 Después de esta pequeña anécdota, Josetxu nos señalizó la poca intervención que habíamos hecho en el curso, tanto en las clases prácticas como a la hora de hacer comentarios en el blog. Su propósito era que al menos todos los integrantes de la clase hubiesen hecho un comentario en todo el curso, pero no fue así. Luego, recordó que teníamos un par de semanas para subir nuestra autoevaluación, un trabajo optativo para subir nota. 

Centrándose ahora en la Unidad Didáctica que teníamos que entregar ese mismo día, también nos dijo que era mucho más fácil criticar que hacer propuestas de cómo hay que enseñar y por ello, este trabajo tiene su complejidad ya que hay que saber ponerse en el lugar del docente. En cuanto a los trabajos grupales, pretendía que hubiese muchas más reuniones tanto del grupo en particular como del grupo con él. Los profesores están para ayudarnos en todo lo posible y debemos sacar partido de esto. 

Respecto a nuestra actitud, él destaca que aún no estamos preparados y suficientemente maduros para la universidad. Para él, la universidad, supone un cambio de chip, quiere eliminar la toma de apuntes, la dinámica del bachillerato, la irresponsabilidad en nuestras acciones… Lo que busca es que paguemos la matrícula (cuantía bastante cara) por acudir a clase y aprender, en vez de escaquearse de las clases.

 Finalmente, se despidió con una frase “Hay tantas maneras de enseñar como gente se dedique a esto”. Con ella lo que pretendía mostrar, es que somos nosotros mismos los que tenemos la oportunidad de cambiar la educación. Cada uno tiene que ir tomando su propio pensamiento crítico y así tomar sus propias maneras de enseñar. Si Josetxu ha contribuido a proporcionarnos las ayudas necesarias para que cada uno construya su manera de enseñar, como él dice, se puede considerar aprobado. La clase culminó con un aplauso colectivo hacia Josetxu y así darle las gracias por formarnos como maestros.

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